Voo-Doo Techniques
1357 palabras
Estaba solo en casa, sin nada que hacer. Se sentía solo, así que prendió la TV, para por lo menos no aburrirse. Tenía mucha hambre, y Jack no llegaba. Pasaba una, y dos horas, hasta que el aludido llegó a su apartamento, pues eran compañeros de cuarto.
-¿Dónde coño has estado? – le preguntaba molesto el pelinegro
Jack no le contestó, sólo siguió acomodando las cosas, con un leve sonrojo que Chase alcanzó a notar. Hasta que por fin se sentó a su lado y le contó sus razones.
-¿Qué crees? He conocido a alguien maravilloso, se llama Leonel, es una persona culta, amable, muy caballeroso, ¡Ahhhh! y después de platicar un rato, decidí salir con él a dar una vuelta.
Chase se quedó atónito. No dijo ni una sola palabra, y por un momento se sintió triste. Él había estado enamorado de él desde el momento en que se conocieron, se había enamorado de esa cabellera roja, y aunque había un choque de carácter, él por ser una persona reservada, y el albino una persona descuidada y de una actitud exagerada, estaba enamorado de él. Y ahora un desconocido se atreve a quitarle a su primer amor. Aún así sólo alcanzó a decir
-Pues que te vaya bien, y si necesitas ayuda yo iré por ti
Jack sólo sonrió – No es necesario, sé cuidarme solo
Y después de eso, Jack salió a arreglarse. Dejó a Chase abatido, ahora un niño bonito le iba a quitar lo que era suyo. ¿Pero que iba a hacer? Si se lo impedía, Jackie se enojaría y dejaría de hablarle, pero tampoco se iba a quedar de brazos cruzados. De repente tuvo una idea, que a su modo de ver, era excelsa. Tomó el teléfono, marcó un número…Y esperó.
-Bueno… ¿Raimundo? – pero decía “Línea ocupada, por favor, llame más tarde”. De más está decir que se enojó todavía más
El pelirrojo ya se había terminado de vestirse, se veía espectacular, con una camisa de vestir blanca, y un pantalón de vestir negro. Chase sólo lo miró hechizado, pero rápidamente quitó su cara de ido que había puesto y lo cambió a una de indiferencia.
-Te ves bien…Nada mal
-¿En serio? De seguro voy a impresionar mucho a Leonel – decía el chico albino con un deje de emoción para nada disimulada.
-Aja, bueno, corre que se te hace tarde – decía el mayor con un tono neutral
- Ok, cuídate…Y no me esperes – haciéndole un guiño con su ojito, a lo que Chase sonrió con falsa complicidad. Pero cuando se fue…Empezó a destrozar todo a su paso, no había ido a las clases de control de ira esa semana, entonces se le olvidó todo lo aprendido, así que casi destruye todo a su paso, y no sería una exageración el decir que casi tumba el edificio. Pero no se iba a quedar así, el niño bonito, como se llamara, se las iba a pagar todas.
Así que después de calmarse, tomó decididamente el teléfono y marcó un número.
-Raimundo…Al fin contestas
-Disculpa Chase, es que estaba en una línea caliente, la chica que me atendió…Uff!!
-Ya cállate, deja de decir estupidez y media, y ven para mi casa, necesito tu ayuda
No pasó ni veinte minutos cuando llegó el aludido corriendo como balita. Pasó como Juan en su casa, sentándose en el sillón gris de Chase.
-Y ahora en qué líos estás metido amigo, debe ser algo grave para que el gran Chase Young – preguntaba el castaño claro con su típica burla hacia el ex - dragón.
-Ninguno… ¡Sólo que el amor de mi vida anda con un tío que ni lo conocemos, y a decir verdad es un niñato rico que se cree la gran cosa! – al fin dejó estallar su último vestigio de ira en el pobre muchacho
-Cálmate pues – gritó Raimundo – Vamos a hacer algo para alejar al niñito rico de TU Jackie hahaha, primero, revisa sus cosas a ver que nos puede servir
-¿Y para que diantres…? – pero se calló al ver la mirada reprobatoria de su amigo, buscó en la recámara de Spicer hasta que encontró algo
-Una foto… ¿Para qué le dio una foto de él mismo? Suena muy vanidoso
-Ya Chase, con eso basta y sobra – le dijo el castaño. – Ahora trae estambre, mucho estambre, y unas agujas de abuelita
Chase trajo todo eso en la mesa, Raimundo de quién sabe dónde sacó una bola de cristal
-Esto servirá para ver los movimientos de esos dos, ahora, dime en dónde fueron a cenar
-Al Midnight Restaurant – dijo el mayor, y de pronto vio la imagen de ellos dos cenando ya el plato principal, mientras Raimundo le daba unos muñecos de estambre. Con las fotos, el estambre y las agujas habían hecho unos lindos muñequitos.
-Raimundo, no estoy para estupideces – gritó el mayor
-Jajaja, esto no son juguetes, son muñecos Vudú, y sirven para manipular a otra persona y/o hacerle alguna que otra “travesura” – rió perversamente el chico – Observa y aprende, Chase
En el restaurante, Leonel platicaba amenamente con Jack, conociéndose mejor. De repente, Leonel patea a Jack en su zona más sensible…Su pantorrilla
-Oye ¡Qué te pasa! Me duele – sobándose la pantorrilla
-Disculpa, no sé que pasó, pero te prometo que no volverá a suceder – dijo el rubio totalmente apenado
En el apartamento, Chase estaba asombrado “Maldito brujo”, pero a fin de cuentas, estaba logrando lo que quería. Así que movió el brazo de Leonel-chibi hacia arriba. En ese momento Leonel traía una copa de vino tinto, y como si fuera una orden, alzó su brazo y llenó a Jack de vino, manchando su camisa más preciada
-¡¡¡¡Pero a ti que te pasa bastardo!!!! – gritó exasperado el albino al pobre Leonel, quien trataba de limpiarlo. En ese momento Chase hizo un movimiento al Leonel-chibi, y le da tremendo bofetón al hermoso muchacho, dejando una leve marca en su pálida piel.
-No, Jackie, lo-lo siento, por favor no sé que me está pasando – decía Leonel tratando de remediar la situación, pero no conocía el terrible carácter que se podía cargar Jack cuando está enojado
-Yo sí se que está pasando – gritó el chico – Lo que pasa… ¡Es que eres como todos! ¡Un maldito! – acto seguido salió corriendo de allí
En el apartamento…
-Me duele haber lastimado a Jack – decía un triste Chase
-Tranquilo amigo el esfuerzo valdrá la pena – le dio una palmada Raimundo en su espalda – Bueno, me voy, creo saber a donde se dirige, y no quieres que me vea aquí, ¿cierto?
Chase sólo rió, y al final se quedó solo, pero no por mucho tiempo, pues oyó una puerta abrirse, y unos sollozos. Se levantó, y de improviso, abrazó al rubio, el cual se aferró a él.
-Todo salió mal, ¿verdad? – dijo el ojimiel
-Sí, pero ya no importa – se sentaron juntos, y platicaron los dos de todo lo que pasó. Al final se armó de valor el chino.
-Jack, me duele verte sufrir así. ¿Sabes por qué? Me gustas, no, mejor dicho…Te quiero – y acto seguido lo besó. Jack lo abrazó aún más, y al final de ese beso tierno, sonrió
-No puedo creer que la persona indicada esté justo enfrente de mí – rieron los dos entonces, y se fundieron en un abrazo. Ellos decidieron ir lento y paso a paso, pero a partir de allí, ya no necesitaron unos dichosos muñecos Vudú para demostrarse su amor para siempre.
FIN
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PRÓLOGO
Tiempo después, Jack estaba limpiando el cuarto de cosas que ya no usaban que tenían en su hogar. Era todo un cochinero, así que se puso a limpiar. Entre tanta basura, encontró un pedazo de lo que parecía ser estambre. Pero al sacudirlo, se dio cuenta de que era un muñeco… ¡De él! “Chase debe estar loco, pero lo ha de haber hecho para mí” pensó, pero al mover un brazo del muñeco, su brazo se alzó. Giró el cuello del muñeco vudú, y también se movió su cuello.
Contuvo las ganas de gritar, y cuando estaba dispuesto a salir, se encuentra otra figura similar… ¡El muñeco vudú de Leonel! Y entonces no pudo aguantarse las ganas.
- ¡CHASEEEEEE!
Ahora sí, FIN