**Esto es una traducción íntegra hecha con el consentimiento de la autora original del texto**
Feline Fallaciousness
Original en: http://www.fanfiction.net/s/4381613/4/Feline_Fallaciousness
Por: CrystallicSkyTraducido por: Chibi-Kaisie
Revisado por: Krishna Corvus
Disclaimer: No me pertenece Xiaolin Showdown, o alguno de los personajes en él, así que no se quejen con alguien por decirles que sí.
Advertencia(s): Maldiciones, relaciones entre dos hombres, AKA SHOUNEN AI, YAOI, SLASH, HOMOSEXUAL, ROMANCE GAY. ¿Les molesta? No lean. Un concepto muy simple, gente.
Notas: Pshhh… No sé. Léanlo, y regresaré con ustedes en mis Notas de Autor; tal vez tenga algo más que decir entonces. -.- --
Fiel a la palabra de Hannibal, Jack no escuchó nada mientras descansaba en su embriagante sueño. Nunca sintió las vibraciones en la cama cuando Chase se tumbó sobre su pecho; en el colchón junto a él y entonces, el cuerpo felino se transformó y creció de esa forma hacia el piso. No escuchó nada, no sintió nada hasta las doce del medio día en punto cuando el hechizo de Hannibal se desvaneció y con un pestañeo despertó, confundido al estar abruptamente consciente.
De hecho, Hannibal había hecho más que un simple hechizo de sueño. Había usado uno mejor y había hechizado al joven para que Jack no sufriera una horrenda resaca cuando despertara finalmente.
El cuál le facilitó a Jack tener un ataque de pánico ante la realización de un desnudo hombre humano yaciendo a su lado en la cama.
Con un grito agudo, Jack trató de liberarse de la cama. Golpeó el piso con dureza, quejándose cuando instantáneamente se magulló, se alejó de la cama mientras la cabeza del otro hombre se levantaba rápidamente en respuesta a las payasadas de Jack.
Unos ojos dorados empañados se asomaron sobre el borde de la cama, encontrándose con la frenética mirada confundida carmín por unos momentos antes de repentinamente centellar intensamente con el aparente retorno de la memoria. Trató de sentarse con rapidez, sólo para quejarse en una obvia molestia y caer sin gracia hacia la cama de nuevo.
Jack hizo un sonido incoherente. ¿De dónde había venido este hombre? Era guapo, sí –de hecho, ¡
más que guapo! ¡Era magnífico! ¡Prácticamente un dios de gracia estética! ¿Pero de dónde había
venido? La última cosa que Jack recordaba, era caer en su cama, mareado y enfermo por el alcohol y el saber que pasaría el resto de su vida sólo por su malévolo-subordinado-del-infierno gato –
Los pensamientos de Jack se detuvieron incluso cuando su cuerpo se paralizó del terror y el dolor.
¿Dónde estaba Chase? ¡¿Qué le había hecho este cabrón a su gato?!El terror dio lugar a rabia abrupta y peligrosa. Jack se incorporó en sus pies y se aproximó a la cama, sus puños apretados temblaban mientras observaba con puro odio hacia el extraño que descansaba sobre sus sábanas.
“En este momento no me
importa quién demonios eres o si me violaste mientras estaba desmayado borracho y vulnerable o lo que sea excepto
una cosa” Jack le gruñó hacia el adorable hombre lastimado “
¿Qué hiciste con mi gato? ¡¿Dónde
está?!”
El extraño tenía un brazo musculoso cubriendo sus ojos de la luz que se filtraba a través de la única ventana de la habitación. Su boca estaba visible y Jack vio como se arrugaba en una mueca y entonces una sonrisa.
“¿Tan seguro estás que le hice algo? ¿Por qué no llamas a la miserable bestia?” el hombre sugirió y Jack tembló ante el grave, intenso y ronco sonido de la voz del extraño.
Odiaba la manera en que su corazón se aceleraba y su pene palpitaba con interés. Todo lo que sabía, este hombre había asesinado a su gato y lo había violado mientras estaba –oh, espera. Estaba completamente vestido y no herido. Okay, tal vez no había sido atacado mientras dormía, ¡pero eso no significaba que el cabrón no lo haya
intentado! En cuanto a llamar a Chase…
“Mi gato es muy… territorial” Jack dijo bruscamente “No toleraría que un completo extraño entrara aquí y se arrastrara a mi cama. ¡La única manera en la que puedes todavía estar aquí y él
no es que le hayas hecho algo!”
“¿Cómo qué?” el hombre preguntó, una maliciosa sonrisa en su boca.
“¡Como… como
matarlo!” gritó Jack, y se agachó para golpear sus puños en el colchón, haciendo que la cama saltara y temblara ligeramente “Si lo heriste –si lo
mataste – ¡te
asesinaré, ¿me oyes?!”
“¿Todo eso por un felino sarnoso? En vez de vengarte de cualquier indecencia que asumes te haya hecho, ¿me masacrarás por atacar a tu
gato?”
Furia horrible y fría llenó a Jack desde sus adentros. En ese instante, pudo haber matado fácilmente al sonriente bastardo descansando en su cama sin estremecerse.
“
Amo ese gato” dijo con frialdad “Yo soy sólo su sirviente con pulgares oponibles, pero me gusta mucho. Me ha dado más amabilidad de lo que cualquier maldito y estúpido
humano nunca lo ha hecho. Y si lo apartaste de mí…”
“Sí, sí, lo sé… me asesinarás” El extraño hizo un sonido incrédulo “Imagina, todo ese alboroto por un acabado y viejo felino demoniaco.”
Jack quedó completamente inmóvil. ¿Cómo había sabido este hombre…?
Repentinamente, el hombre se sentó. Su brazo cayó desde su cara y los ojos eran nuevamente visibles. Unos ojos dorados muy familiares miraron profundamente hacia los sorprendidos ojos rojos de Jack.
“Incluso si alguien
tratara de matarme” Chase dijo, sonriendo ante la expresión estupefacta de Jack “no hubiera podido. ¿No sabes que nosotros los gatos tenemos nueve vidas, Spicer?”
…
Jack estaba sentado en una de las sillas que venían con la mesa del comedor. Tenía una pierna plegada contra él, sus brazos envolviendo holgadamente el apéndice mientras descansaba su barbilla en su rodilla levantada. Estaba observando al hombre que había sido su gato moverse alrededor de la sala. El sofá y la televisión habían sido empujadas contra las paredes para darle a Chase suficiente espacio para hacer alguna clase de lentos ejercicios de estiramiento de artes marciales que llamaba “Tai Chi”. Hasta ahora, los movimientos eran bonitos y elegantes, aunque Chase temblaba unas pocas veces; claramente desacostumbrado a ser un bípedo erguido.
Una vez que Jack había pasado su sorpresa inicial lo suficiente como para comenzar a dispararle preguntas hacia Chase, el hombre había negado su cabeza y prometido que todo sería explicado pronto. Mientras tanto, él iba a tomar una ducha y mientras estaba en eso, ¿podría Jack ser adorable y cocinarle un almuerzo delicioso?
Jack no había notado qué tan fácilmente había obedecido a Chase hasta que repentinamente se percató que estaba en el proceso de cocinar un bistec y cocinando al vapor algunos vegetales.
Después que Chase terminó su comida, haciéndole un cumplido de lo suave que estaba la carne, el gato-vuelto-hombre declaró que necesitaba de “entrenamiento” y se había dirigido hacia la sala. Recién bañado, agradablemente satisfecho, todavía absolutamente desnudo, comenzó a hacer Tai Chi y todo lo que Jack podía hacer era observar.
Era raro saber que este extraño y hermoso hombre había sido alguna vez su gato. Incluso mientras pensaba en eso, Jack se percató que el pequeño, peludo felino se había
ido. Estaba conmocionado e hizo un sonido audible de dolor ante la realización que probablemente nunca sostendría una ronroneante y peluda calidez contra su pecho nuevamente o sentiría el cosquilleo de bigotes durante un benevolente golpe afectivo de cabeza.
Chase detuvo lo que estaba haciendo cuando oyó el pequeño y dolido jadeo de Jack. Lo miró y se sorprendió de ver gruesas lágrimas bajando rápidamente por las mejillas con barba desalineada del albino. Inmediatamente se movió para estar de pie ante Jack. Sosteniendo la adorable cabeza en sus manos, forzó al joven a mirarlo.
“¿Qué pasa, Spicer?” preguntó quedamente “¿Qué tienes?”
Jack negó con su cabeza al instante, todavía en el agarre de Chase y luego se encogió de hombros “Sólo… es sólo que me acabo de dar cuenta que no hay más gato. Probablemente nunca vuelva a sentirlo –
sentirte –acurrucado en mi regazo y ronroneándome.
Chase dio un suave resoplido de afecto exasperado mientras acariciaba el cabello rojo-ocaso de Jack. “¿Es todo lo que te molesta? Si tanto quieres una mascota, conseguiremos otro gato para que lo cuides”.
Sorprendido, Jack se volvió a ver al (¡desnudo! ¡Muy, muy desnudo!) hombre quien estaba acariciándolo suavemente. “¿‘Conseguiremos’?”
Chase sonrió. “Sí, ‘conseguiremos’. Tú y yo podemos o ir a la tienda de mascotas donde conseguimos mis cosas o ir a la perrera o incluso recorrer las calles por otro callejero para que lo rescates. Ahora que he recuperado mi forma humana estoy más dispuesto a compartir espacio con otro gato”.
El hombre albino miró boquiabierto a su antigua mascota “¿Compartir espacio…? ¿Quieres decir que te… te
quedarás conmigo?”
Chase suspiró. “Supongo que es tiempo para ésa plática. Ven conmigo al sofá, Jack. Quiero estar cómodo mientras te cuento todo lo que pasó anoche.”
Jack se estremeció. “Creo que necesito un trago”.
Instantáneamente, el hermoso hombre asiático frunció el seño. Tomó ligeramente un lado de la cabeza de Jack mientras gruñía “No. Nada de alcohol. No si no lo puedes tomar en pequeñas cantidades.”
Jack lo esquivó. Incorporándose, masajeó su cabeza mientras miraba a Chase. “Dame un respiro, ¿está bien? Los cuatro hombres que me gustaron lo suficiente como para tratar de salir, ¡todos se alejaron asustados por mi
gato¸ quien tiene –tenía –serios problemas territoriales! ¡Estaba considerando pasar una vida de abstinencia sexual mientras era custodiado por un gato quien venía –viene –
literalmente del infierno!”
“Esa no es una excusa, y, aunque ya no tengo mi forma felina, todavía sigo siendo muy territorial, Spicer” Chase declaró, invadiendo el espacio personal de Jack. “Por mucho tiempo has sido, y
seguirás siendo mío por más tiempo”
“¡Pero –!”
“No. Dije: al sillón” Con eso, Chase colocó su brazo alrededor de la cintura de Jack y escoltó firmemente al joven hacia el sillón (el cual estaba de regreso en el centro de la sala y ¿cuándo había pasado
eso?) y se colocaron ambos en él.
“Qué pesado” Jack protestó, pero fue a un extremo del sofá y se sentó encarando a Chase, quién tomó el otro extremo, extendiéndose con gracia; en apariencia perfectamente a gusto con su desnudez.
Chase alzó una ceja por el comentario de Jack. La acción atrajo atención hacia la impresionante belleza del rostro del hombre. Jack tragó con dificultad. Era
tan injusto que alguien tan ardiente estaba en su vida y no había nada que pudiera hacer al respecto.
“Muchos siglos atrás,” Chase comenzó, “yo era como me ves ahora. Era un joven hombre en la Antigua China, entrenando para ser un monje Xiaolin. Sin embargo… no era suficiente. Estaba consciente que había
más para vivir que un estilo de vida de celibato y subordinación a la cual estaba siendo entrenado. Quería más. Ansié tanto. Poco a poco, caí en todo vicio que hay, bajo las narices de mi desprevenido maestro. No fue sino hasta que uno de mis compañeros estudiantes me atrapó colándome en un bosque cercano para coquetear con una dispuesta mujer cuando mi maldad salió a la luz. Fui llevado ante el Gran Maestro: lo que llamarías como el líder del templo. Trató de castigarme, pero no lo permití. Peleé contra todos ellos… y perdí. Mi alma manchada fue capturada por un demonio conocido como Hannibal Roy Bean. Concede deseos. Por el precio justo, te dará cualquier cosa que desees. Trabajé para él por cientos de años hasta que finalmente me cansé de adquirir almas para alimentar su poder. Hice un trato con él para escapar de su retención. Quería vivir una vida mortal, con caprichos y libre de labores más allá de la comparación. Siendo un demonio es un embustero consumado. Accedió…”
“… y te atrapó en la forma de un gato” Jack interrumpió cuando comprendió “¿Qué es más caprichoso que una mascota mimada?”
Chase sonrió y Jack se sorprendió de ver un indicio de colmillos entre los fuertes y blancos dientes.
“Qué listo”, Chase dijo con un asentimiento “Hizo eso, y me dijo que tenía que cumplir unos requerimientos específicos para ganar mi libertad. Si los cumplía, viviría el resto de mis días como una mascota mimada.”
Jack frunció el seño. “Suena como si en ese entonces fueras capaz de morir. ¿Si murieras, a dónde iría tu alma?”
Chase dudó, y luego sonrió ligeramente. “No sé. Me molesta admitir esto, pero nunca pensé en preguntar.”
“Así que… ¿ahora eres mortal? ¿O siempre tuviste la habilidad de transformarte?”
Chase negó con su cabeza. “No. ¿Recuerdas? Me pusieron en la forma de un gato. Tenía acceso a ciertos poderes –los cuales usé para asustar a tus patéticos pretendientes –pero el cambio de forma no era uno de ellos. No: Hannibal me regresó mi cuerpo humano anoche porque ha estado manteniendo un control sobre mí… y sobre ti también.
Jack se petrificó alarmado. ¿Una bestia del infierno lo había marcado como blanco?
Chase sonrió. “Relájate. Estás a salvo. Eres mío, ahora. Te he reclamado.”
Jack suspiró aliviado. “Es bueno saberlo.”
“Sí, bueno… como sea. Hannibal, siendo un oportunista, vino de visita anoche mientras estabas desmayado. Te hechizó para que permanecieras dormido para que pudiéramos llegar a un acuerdo. Me ayudó a darme cuenta de ciertas cosas de las que honestamente no había admitido y me ofreció otro trato por la oportunidad de reclamar lo que quiero.”
“¿Qué –?” Jack se interrumpió cuando reconoció la palabra ‘reclamar’. Miró al otro hombre con los ojos bien abiertos. “¿A mí? ¿
Me quieres?”
Chase asintió. “Originalmente había estado contento en vivir contigo como mi ‘dueño’ –aunque ambos sabemos quién realmente estaba a cargo. Entonces, empezaste a salir y los hombres que trajiste a casa no eran… merecedores de ti. Eres mío y quería que tuvieras sólo lo mejor –o eso fue lo que me dije a mi mismo.” Suspiró. “La verdad… había… empezado a preocuparme por ti. Resentía cualquier cosa que te alejara de mí; todavía lo resiento. Quiero que seas mío,
sólo mío.”
Jack se estremeció con fuerza. “Entonces ¿eso es lo que pasó? Hannibal me ofreció para que tu—”
Chase negó con la cabeza. “No. Me ofreció mi forma humana de regreso a cambio de un millón de almas—”
“¡Un
millón!”
“—pero no
tú. Si eras o no mío depende en que tan minuciosamente te puedo convencer de quedarte a mi lado; permitiéndome ser tu único amante.” Los ojos dorados de Chase se oscurecieron ligeramente y una expresión de
querer estaba en su rostro. “Permitir que mis labios sean los únicos que tocaran los tuyos, permitir que sólo mis manos tocan tu piel, sólo
mi verga
(9) te penetrara, para darte placer…”
Jack se estremeció nuevamente; esta vez, era por el repentino aumento de lujuria en su joven y codicioso cuerpo.
Chase suspiró nuevamente. “Estoy determinado a que me aceptarás, Jack. Te deseo mucho.”
El albino frunció el seño. “¿Incluso si dijera que no?”
Si todavía tuviera orejas de gato, estarían descansando contra el cráneo de Chase en un instante.
“No,” el hombre dijo desagradablemente. “Soy un demonio asesino y un subordinado del infierno, pero
no soy un violador. Te cortejaré, Spicer.
No te forzaré.”
“Pero… eres un demonio. Fácilmente podrías…”
“Sé que podría. Pero no te quiero de esa manera. Quiero que me quieras por tu voluntad. Quiero que sea tu elección.”
Jack tragó con dificultad. “Es… es muy amable de tu parte. Gracias.”
“Sí… el chico es un verdadero blandengue.”
Jack se encogió al sonido de una nueva voz en su apartamento. Dejó escapar un grito, sobresaltado, cuando Chase abruptamente arremetió hacia el frente para cubrirlo. Después de un momento, Jack se dio cuenta que el hombre lo estaba cubriendo protectoramente. Levantó la mirada y siguió la de Chase por la habitación donde estaba la televisión.
Ahí, encima del viejo aparato, estaba sentado un frijol marrón-rojizo más grande que el promedio. Más bien, tenía la forma de un frijol, pero ahí era donde la semejanza terminaba. Dos apéndices como raíces que funcionaban como brazos salían de cada lado, mientras que la mayoría del cuerpo de la criatura era tomada por un par de repugnantes y venenosos ojos amarillos y una gran boca llena de largos y desagradables dientes.
“¿Un…
frijol?” murmuró Jack estúpidamente.
“Hannibal Roy Bean,” la criatura dijo, su tono suficiente y orgulloso. “Encantado de conocerte, joven Sr. Spicer. Quería conocer al humano que hizo finalmente que Chase perdiera un tornillo.”
Chase gruñó grave, profundo y lleno de odio. “Lo viste. Ahora, largo.”
Abruptamente, fue lanzado lejos de Jack; presionando su espalda al otro extremo del sillón y sujeto ahí por una fuerza invisible. Hannibal saltó indiferentemente desde la televisión y aterrizó en el pecho de Jack. Jack sintió sus ojos cruzarse mientras veía a la pequeña forma ahora encaramada en su pecho.
“Dije ‘conocerlo’,” Hannibal reprendió a su sirviente. “Deberías cuidar tus modales, muchacho.”
Volviéndose, Hannibal estudió a Jack en silencio mientras el joven miraba de cerca al pequeño demonio encaramado en su pecho.
“Es algo inusual ¿verdad?” Dijo finalmente Hannibal. “¿Piel blanca y ojos rojos? No es normal en un humano.”
“Me
gusta su colorido único” Chase gruñó tratando de sentarse nuevamente. Desafortunadamente no podía mover ni un músculo.
“También algo bizco”, Hannibal opinó.
“Estás como a cinco centímetros de mi cara,” protestó Jack.
Hannibal hizo una mueca y agitó una raíz enfrente de su propia cara. “Niño ¿siquiera
sabes lo que es un enjuague bucal? Soy miles de años mayor que tú y todavía estoy en las tendencias actuales.”
“Sí, bueno… ¡eres un frijol!” Jack respondió impotente y enojado.
“Oh, no… es mi enemigo mortal, Capitán Obvio,” Hannibal despreció. “Olviden las biblias y los santos: ¡estoy perdido si señala lo obvio una vez más!”
“
Ojalá” Chase masculló, virando los ojos.
“Tú te callas” Hannibal dijo con calma, sin volverse a encarar a Chase. Abruptamente, la mandíbula del hombre asiático se cerró y Chase sólo podía gruñir en su garganta en inútil bravuconería.
Jack suspiró. “¿Por qué querías conocerme?”
“¡Cómo dije, muchacho! A Chase, aquí, no le gusta nadie. Y sabiendo lo mucho que me odia y que odia estar en deuda conmigo, es una poderosa atracción que tiene hacia ti si accedió a trabajar para mí nuevamente” Hannibal cacareó “Quería ver cómo eras despierto y no borracho para ver por mi mismo qué es lo que lo hace volverse tan dócil.”
Jack repentinamente se sentó y tomó a Bean en su mano cuando el pequeño demonio se desplomó de su pecho. Levantó su mano para que estuvieran a nivel de ojos uno del otro, hizo una mueca a la furiosa mirada que le dirigía el frijol.
“Este soy yo,” dijo Jack. “Y, supongo que tendría que decir que lo entrenaste bien para ser un sádico demonio dado la facilidad con la que me hizo dudar y sentir miserable.”
Hannibal resopló pero una arrogante mirada cruzó por su rostro. “Es innato en él. Probablemente terminarás completamente destruido y te suicidarás después que él haya terminado contigo, pero ¡oye! Me aseguraré de darte una
calurosa bienvenida cuando finalmente te cortes las muñecas.”
Súbitamente los ojos de Chase se ampliaron alarmados.
Jack resopló suavemente. “Gracias por el consejo. Y, realmente, gracias por regresar a Chase a su forma humana. Creía que iba a estar solo y sin sexo toda mi vida. Me alegra haberme equivocado.”
Hannibal observó al joven humano. “Sí, bueno, disfrútalo mientras lo tienes, Casper. Es uno de los míos, así que tiene toda la eternidad frente a él. ¿Tú…? Tú tienes unas pocas décadas aquí y allá. Pasarán en un parpadeo. ¡Diviértete mientras puedas, muchacho!”
Se bajó de un salto de la mano de Jack, y se dirigió hacia Chase y se posó en el pecho desnudo del hombre. Sonriendo arrogantemente ante la impotente furia en la mirada dorada.
“O tal vez debería decírtelo a ti ¿hmmm?” el demonio se burló cruelmente. “Después de todo, eres
tú quien lo va a perder en la mortalidad mientras
continuarás en la eternidad solo.”
Extendiéndose, el frijol acarició burlonamente el rostro de Chase. “Ahora, te daré libre esta noche;
conoce a tu cariño, si me entiendes. Pero a partir de mañana, espero que te pongas a trabajar en pagar tu deuda.”
Con eso, Hannibal se volvió y le lanzó un beso a Jack antes de desvanecerse en la nada.
El instante en que se fue, Chase estaba de pie, paseando brutalmente alrededor de la sala.
Jack observo al adorable hombre pasear y preguntó “Entonces… ¿qué? ¿Tienes un tiempo límite?”
Chase gruñó sin decir nada, pero negó con la cabeza. Después de unos momentos, se calmó lo suficiente como para decir “No. El trato fue un millón de almas a cambio de mi forma humana; por la oportunidad de hacerte mío en todos los aspectos.”
El hombre albino suspiró. “Entonces… está bien, quiero decir… está bien.”
“¿Qué quiere decir eso?” Chase demandó, deteniendo su paseo para permanecer en un lugar y mirar directamente a Jack.
“Quiere decir que no sé
qué decir – ¡o hacer! Anoche, me emborraché porque iba a terminar como una sólo como una vieja con un gato malvado por compañía. ¡Ahora me entero que mi gato malvado quiere joderme y hace un trato con un demonio para obtener un cuerpo que le permita hacerlo! Conociéndome, probablemente accederé a eso porque no puedo combatir contigo y seamos realistas:
eres ardiente.
Chase sonrió satisfecho y divertido.
Jack le señaló. “Mira, ¡sólo porque estoy solo, cachondo y completamente desprevenido por esto no quiere decir que soy
tan fácil!”
Nuevamente, una sola ceja se levantó. “¿Oh, no? Conocías a ese modelo de apenas un mes antes que le ofrecieras tu virginidad.”
“¿Y? No la tomó –gracias a
ti, debo añadir. ¿Y qué si sólo fue un mes? En los estándares de hoy, eso es despacio” Jack se defendió.
Chase se acercó a donde Jack estaba sentado en el sillón. Mientras se acercaba, se hizo obvio que estaba muy interesado sexualmente en el hombre humano de piel blanca sentado frente suyo.
Los ojos de Jack se ensancharon al tamaño de la dureza que le apuntaba. En realidad no le había puesto
tal atención a la verga de Chase mientras había estado fláccido. Aunque ahora, no podría pasarla por alto incluso si fuera
ciego.
“
Mis estándares serán más satisfactorios para ti” Chase murmuró “No te joderé y correré, Jack. No tomaré tu virginidad con prisas. Te
disfrutaré. Te enseñaré cómo dar placer y cómo aceptarlo sin miedo.”
Jack tragó con dificultad. Levantando finalmente su mirada de la erección de Chase, encontrándose con la mirada dorada del otro hombre y supo que estaba perdido.
Dentro de un mes, las cosas cambiaron drásticamente.
Jack lo retuvo por una semana (casi una semana; está bien, ¡casi cuatro días completos!) antes de dejar que Chase lo sedujera. Había sentido un breve momento de rareza al ser tocado y besado tan íntimamente por el ser que había sido su
gato. Ese sentimiento extraño se había desvanecido rápidamente mientras la lujuria que Chase había incitado en él había amenazado con quemarlo vivo desde los adentros. Había perdido su virginidad en una gloriosa neblina de placer y un poco de dolor; había disfrutado tanto que había hecho que Chase afirmara estar exhausto horas después que el mayor hubiera iniciado su acto amoroso al serle demandado múltiples veces el repetir los resultados. Dentro de un lapso de dos días, Chase había jodido a Jack en cada superficie disponible en cada habitación del pequeño apartamento.
Sin embargo, se ganó un lánguido golpe en una nalga, cuando murmuró en su almohada “Me alegra que no te haya castrado.”
Para la segunda semana, Jack se encontró con que le daban asignaciones selectas por su jefe ya que muchos de sus compañeros editores de Script habían comenzado a desaparecer. Un mejor estatus condujo a un mejor ingreso y pronto, Jack estaba considerando seriamente el cambiarse a un mejor y más grande apartamento.
Para la tercera semana, Jack era repentinamente un millonario puesto que sus padres habían muerto en una inesperada explosión del yate junto con casi cincuenta personas más. Chase había estado una gran cantidad de tiempo fuera de vista y para el final de la cuarta semana, el testamento había sido leído y Jack era el heredero de la fortuna de sus padres.
“Bien,” Jack dijo, mientras Chase y él entraban a la Mansión Spicer en las afueras de Chongqing, China. “¿Cómo lo haces?”
“¿El qué?” Chase preguntó tratando de parecer distante.
“De alguna manera la policía no sospecha de mí, el testamento fue leído en dentro de la semana de sus muertes, fui nombrado
heredero cuando sé que es un hecho que me desheredaron después que les anuncié que era gay” Jack dijo ácidamente. “
Solo los primeros dos debieron haber tomado meses. Que todo me haya sido transferido casi inmediatamente es otra señal.
Eso también debió haber durado cuando menos un mes. Entonces… ¿cómo lo hiciste?”
“Soy muy bueno en lo que hago,” Chase dijo con una sonrisa. “Es todo lo que necesitas saber.”
Jack rió, negando con la cabeza, y comenzó a subir la larga y ornamentada escalera en el vestíbulo principal. Miró a Chase tímidamente sobre su hombro.
“Vamos,” dijo, su voz bajando un decibel o dos. “Quiero enseñarte mi habitación. Es donde mi madre lloró y mi padre me golpeó y luego llamó asqueroso fenómeno de la naturaleza y dijo que nunca, nunca,
nunca encontraría a nadie que quisiera estar conmigo.”
Chase estaba muy entusiasmado para probar que el difunto y no-lamentado Martin Spicer fue un mentiroso.
Siendo joven, hermoso y rico, Jack era muy demandado sin importar donde eligiera vivir. El que fuera claramente gay (habiendo adquirido un magnífico novio asiático poco después de mudarse a su hogar de la infancia) era agregado a su atractivo, ya que los homosexuales actualmente estaban “de moda”. Todo mundo quería conocer y ser conocido por el exóticamente coloreado, hermoso, gracioso e ingenioso nuevo playboy.
Dentro de muy poco, Jack comenzó a crearse un nombre por sí mismo en el mundo de los negocios. Asumió el poder como CEO de las Industrias Spicer y asombró al mundo de las finanzas con visiones de negocio astutas. Mientras que Martin Spicer y su esposa habían sido moderadamente exitosos, lo suficiente como para disfrutar de un estilo de vida adinerado, Jack Spicer se probó ser un prodigio.
Que su asombrosa habilidad era mayoritariamente el resultado del trabajo detrás-de-escena de su increíble y malvada pareja era sabido sólo por Jack y Chase.
No mucho después de eso, Jack comenzó a juguetear con su verdadero amor: la robótica. Creó una segunda compañía; una compañía de robótica y tecnología, cautivando al mundo. Creó maravillas que estaban sólo en los sueños de mentes de profesores de matemáticas, científicos y escritores de ciencia ficción. Los combustibles fósiles fueron eliminados, los vertederos y océanos fueron limpiados y Jack estaba en camino de ser Líder del Mundo Entero.
Le daba a Chase una satisfacción sin fin que Jack frecuentemente se riera de tales declaraciones hechas por el público general y dijera, mientras le hacía cosas indecentes en la cama, que abandonaría todo en un instante si significaba dejar lo que tenía con Chase.
Chase, mismo, no estaba de ocio. Gracias a los negocios de Jack y las obras sociales, el demonio tenía
mucha oportunidad de mandarle almas a Hannibal Roy Bean. No todas las almas habían hecho malvadas y perversas cosas. Algunas de ellas eran inocentes. Sin embargo, puesto que Chase hacía la matanza e invocaba un hechizo de ritual cada vez, las almas le eran entregadas a Hannibal.
Aunque irritado. En el tiempo desde que había recuperado su cuerpo humano (¡casi cuatro años!) y Jack lo había aceptado como amante, había cosechado miles de almas. Sin embargo, todavía le quedaba un camino muy largo para completar su deuda, y eso significaba que Hannibal podía ‘aparecerse de visita’ cuando quiera que quisiese, lo cual era muy seguido para su gusto o el de Jack.
Desde que el demonio había llegado mientras Chase y Jack estaban a la mitad de una intensa ronda de sexo, después Hannibal había hecho varias insinuaciones de no importarle probar a Jack por su cuenta.
El único modo en el que Jack estaría a salvo de tal cosa sería si Chase se liberara de la deuda con Hannibal. Como un sirviente del demonio, Chase podía ser forzado a entregarle a Jack bajo las circunstancias correctas. Hasta el momento, Hannibal no había hecho el intento, pero Chase no estaba deseoso a esperar a que ese intento fuera hecho.
Su preocupación en tratar de resolver cómo obtener el resto de las almas que Chase le debía a Hannibal captó la atención de Jack – especialmente cuando Jack estaba acurrucado con su amante en la cama, tratando de seducirlo a una ronda o tres de sexo, y Chase apenas le prestaba atención.
Exasperado, Jack se alejó de Chase y abandonó la cama. Se colocó una excesivamente cara bata negra de seda y salió de la habitación; se dirigió a una habitación fuera de su suite personal en la mansión y se preparó un trago.
Chase caminó lenta y majestuosamente de la habitación. “¿Qué estás haciendo, Spicer?”
“¿Qué es lo que parece?” Jack dijo bruscamente. “Tomaré un trago. No es como si fuera a necesitar mi instinto sexual esta noche.”
Chase hizo una mueca. “No seas infantil. Simplemente porque no respondí inmediatamente a tu toque como un mono entrenado no quiere decir que no te desee.”
Los ojos rojos miraron con una mezcla de dolor y enojo al siervo del infierno en respuesta a las crueles palabras.
Suspirando, Chase se acercó y le quitó a Jack el vaso de brandy incluso mientras enredaba un brazo alrededor de la elegante cintura del hombre albino.
“No, no pelees conmigo” Chase murmuró cuando Jack trató de liberarse. “Trata
preguntándome lo que sucede.”
Jack se paralizó. ¿Por qué no había pensado en eso? Había un número de cosas que podían ser un problema para Chase, a pesar de ser un poderoso demonio inmortal. Abruptamente, Jack se sintió débil por el miedo. ¿Qué si Hannibal estaba tramando algo que pudiera separarlos? O incluso peor ¿qué si Chase se había
aburrido de él?
Viendo que la duda comenzaba a asomarse en los ojos rojos de Jack, Chase besó tranquilizadoramente a su amante antes de decir “Regresa a la cama conmigo, Jack. Te explicaré que me tiene tan frustrado que no puedo darte la atención que quieres.”
Juntos, los dos hombres regresaron a la decadente recámara. Quitándole la bata a Jack para poder disfrutar de la suave piel blanca de su hermoso amante, Chase lo colocó en la cama una vez más y comenzó a hablar. Le dijo a Jack de sus preocupaciones debido al repentino interés de Hannibal en el hombre humano y de su frustración de estar todavía tan lejos de su meta. Admitió que quería que Jack estuviera a salvo, sin importar qué. Quería que su deuda se terminara para poder asegurar que Jack estaría libre de lujuriosos demonios que no fueran él.
“Si terminas la deuda con él, ¿no significa que estaría en vía libre?” Jack preguntó, pasando su mano sobre el estómago y los muslos de Chase, disfrutando el sentir la suave piel.
Chase negó con la cabeza. “No. Como un agente libre, sería capaz de defenderte de lo quesea que venga. Con cada alma que le doy, un pequeño porcentaje del poder de esa alma viene a mí. Mi comisión, dirías.
Sí tengo el suficiente poder para enfrentarme a Hannibal si es necesario, y lo sabe. No pelearía conmigo voluntariamente –después de todo, no si la deuda está terminada.”
Jack suspiró. “Así que, si se aparece y demanda eso tú… ¿qué? ¿Tendrás que sostenerme y forzarme a dejar que me joda?”
Chase hizo una mueca. “Esencialmente, sí. Aunque no lo ha demandado. No sé por qué y no voy a preguntar por si le da ideas.”
El hombre albino se tensó. “¿Qué si está escuchando esto?”
El sirviente demoniaco negó con la cabeza. “No lo está. Lo había sentido.”
Jack suspiró con alivio. “Muy bien, ¡espera! ¿Por qué puedes sentirlo ahora, pero no pudiste cuando se apareció en el apartamento hace años?”
“Nos ha estado visitando más regularmente; controlándome. La proximidad incrementa la alerta.”
“Eso tiene sentido. Muy bien… entonces necesitamos encontrar una manera para terminar tu deuda rápidamente.”
Chase sonrió y paso sus dedos delicadamente sobre la suave piel de la espalda de Spicer. “¿Me ayudarás a asesinar gente? Jack, confieso que encuentro ese pensamiento excitante.”
Sonriendo, Jack puso su mano alrededor de la prueba de la excitación de Chase. Acarició firmemente, en un ritmo perezoso y escuchó los jadeos y gemidos de placer de Chase.
“Ya veo,” bromeó. “Pero no creo que tenga el estómago para asesinar físicamente a alguien. ¿Recuerdas la vez que entré cuando estabas
cazando a ese playboy que se había metido en nuestra cama, con la esperanza de seducir a alguno de nosotros? Era la primera vez que te veía en tu forma de dragón. ¡Qué sorpresa
fue esa! No lo sabía, ¿recuerdas? Pero todos esos gritos, el miedo, la sangre, la orina y el vómito mientras suplicaba vivir… ugh. Estuve enfermo durante varios días.”
Chase suspiró. “Lo recuerdo. De haber sabido que serías
tan delicado, lo habría teletransportado a algún otro lugar para que no hubieras entrado.”
“¿Hubieras, primero, aceptado su oferta?” Jack preguntó ásperamente. Sonrió después cuando Chase con destreza exprimió su marca favorita de lubricante sobre sus dedos, permitiendo que su mano se deslizara sin problemas a lo largo del pene erecto.
“De ninguna manera,” murmuró Chase, sus ojos entrecerrados mientras disfrutaba de la sensación de la mano de Jack acariciando su verga con sólo la correcta cantidad de presión. “Sólo un hombre –un
humano –me merece, y ese hombre está enloqueciéndome en este instante con lujuria por cada caricia de su puño.”
Jack sonrió y se inclinó para besar profundamente a Chase. Cuando se retiró, murmuró, “Buena respuesta.”
Luego, hábilmente se colocó de rodillas y se sentó a horcajadas en su amante. Con sus resbaladizos dedos, se preparó; mantuvo su ardiente mirada y deseable en Chase mientras se extendía y lubricaba. Cuando se sintió listo, Jack lentamente se sentó. Gimió, grave y suave, cuando sintió el calor y la dureza conducida dentro de él en un lento y perfecto deslice de carne-sobre-carne.
Chase gruñó su apreciación mientras sus manos fueron a la cadera de Jack; afirmó el descenso de su amante para evitar que Jack se lastimara a si mismo inadvertidamente. Lo había hecho una vez en su impaciencia por montar la verga de Chase, de estar por primera vez arriba. Había aprendido de la manera difícil que en algunos casos, lo lento y calmo era preferible a lo rápido y fuerte.
Chase comenzó a empujar gentilmente su cadera, coincidiendo con el sinuoso movimiento de la cadera de Jack mientras que el joven se movía adelante y atrás en un ritmo lánguido, montando la verga de su amante con obvio placer.
“Entonces… ¿qué hacemos?” Jack preguntó unos momentos después, luchando por recordar cómo se hablaba.
“No tengo idea,” Chase murmuró y comenzó a coger un poco más rápido a Jack. Nunca, nunca, -
nunca desdeñaría la sensación de Jack Spicer; amaba estar tan profundo dentro del hermoso joven como podía. No había nada más perfecto que estar hasta las bolas dentro de su amante.
Jack rió quedamente incluso cuando incrementó su ritmo para alcanzar el de Chase. “Tenemos que pensar en
algo.”
“Después,” gruñó Chase, arqueándose hacia Jack. “¡Después, después, después…!”
Mucho después, Jack permanecía despierto en la oscuridad. Estaba cálido y satisfecho; contento de estar acurrucado a lado del temible guerrero demoniaco que amaba más allá de toda razón.
“Pensaré en algo,” dijo quedamente a la durmiente bestia demoniaca. “No sufrirás por mucho más esto, Chase.”
Profundamente dormido, Chase no respondió.
...
“No creas que no sé lo que te preocupa, muchacho.”
Chase miraba ferozmente, pero no levantó la vista de su actual víctima. Estaba aplastando lenta, lentamente el corazón de una mujer de edad media quién había hecho el comentario en una reciente recaudación de fondos, en el rango auditivo de Chase, que Jack era un fenómeno mutante que debió ser sacrificado cuando era un infante en vez de haber dejado que alguien tan espeluznante creciera.
Chase había hecho una excepción a ese comentario. La única advertencia que le había dado a la mujer que sus días estaban contados había sido en un breve encuentro de miradas. En ese momento, en su inconsciente ella había sabido que había sido marcada como objetivo por un depredador y había huido instintivamente.
Eso no la salvó.
Semanas después, Chase había finalmente aparecido para hacerla pagar por su grosero comentario.
Sus dedos tensaron su agarre en pequeños incrementos de presión que era casi una forma de arte de destreza y control. Los ojos de ella eran grandes y suplicantes, sabía que iba a morir pero esperaba que tuviera el tiempo suficiente para que cambiara de opinión.
No era como si ella viviría mucho incluso si dejaba de oprimir su corazón, dado que ella estaba abierta desde la garganta hasta la entrepierna.
Hannibal se colocó en el hombro izquierdo de Chase y se asomó con interés a la nueva alma que Chase estaba a punto de recoger por él. Cuando los ojos azules de la mujer se fijaron en él y lo miraron con miedo confuso, sonrió ampliamente, mostrando
todos sus dientes.
“Hola, Lucinda,” ronroneó amablemente. “Qué casualidad encontrarte aquí. Da igual. De cualquier manera los policías estaban a punto de atraparte. No creo que les haya
gustado el que mataras mujeres solteras y embarazadas antes que pudieran dar a luz a lo que considerabas ‘abominaciones’. Tsk. Qué actitud tan negativa causada sólo porque un pequeñito o pequeñita vendría al mundo sin un papá casado a su mamá.”
Los ojos de Lucinda se ensancharon aún más. ¿Qué
era esta cosa? ¿Cómo
sabía?
Hannibal escuchó sus asustados pensamientos y rió. “¿Cómo supe? ¿No es obvio, cariño? Oh, mira: esto ayudará.” Abruptamente, la carne de su cuerpo de frijol pasó a ser rojo brillante y dos pequeños cuernos salieron de su frente, mientras una cola puntiaguda se agitaba desde atrás.
¡Demonio! Su mente gritó, y su corazón convulsionó en el agarre de Chase.
Sintiendo el inminente paro cardiaco inducido por el miedo, Chase estuvo forzado a comprimir rápidamente el corazón de la mujer. Las muertes causadas por Hannibal u otra cosa no contaban para su cuota. Tenía que hacer
él la matanza.
Al morir la mujer por su mano, Chase recitó el hechizo que transferiría el alma a Hannibal. Hizo una mueca ante el sonido casi sexual de placer vocalizado por la criatura ubicada en su hombro.
Se levantó del cuerpo tendido, de su mano escurriendo sangre y vísceras, Chase volvió su cabeza ligeramente y miró molesto a su maestro de reojo. “¿Qué es lo que quieres, Hannibal?”
“¿Qué es lo que
cualquiera de nosotros quiere?” el demonio respondió burlonamente. Se bajó de un salto del hombro de Chase salpicando al caer en la palma sanguinolenta. Se volvió, bañándose en la sangre y en los restos carnosos del corazón de Lucinda, sonriendo. “Sólo queremos lo que nos hace
feliz.”
Repugnado, Chase se quitó la suciedad de su mano al sacudirla. Hannibal y los restos del corazón se deslizaron; cayendo en la cavidad sanguinolenta donde el corazón había residido recientemente.
“Awww, no pongas mala cara, muchacho” Hannibal dijo, su voz llegaba claramente hasta arriba. “Es una expresión infantil para un aterrador siervo del infierno.”
Chase bajo su mirada molesta mientras observaba a Hannibal nadar perezosamente en la viscosa sopa de sangre y carne en el orificio del corazón.
“¿Por qué me estás molestando?” preguntó a través de dientes apretados. “Recuerdo lo que me dijiste cuando llegaste. Dijiste que sabías lo que me preocupa.”
“Tienes buena memoria, muchacho,” Hannibal cacareó, sus dientes brillando de amarillo en el fluido rojo oscuro que cubría su piel. “Pero es sólo la verdad.”
Chase le mostró sus propios dientes al perverso demonio que mantenía su deuda. “¿Porqué. Estás. Molestándome?”
Repentinamente Hannibal se desvaneció del cuerpo que se enfriaba de Lucinda. Demasiado rápido para ser seguido por el pensamiento, Chase se encontró repentinamente a sí mismo de espaldas a lado del cadáver con un
mucho más grande Hannibal sujetándolo con fuerza. El frijol de tamaño humano cubría la figura larga y delgada de Chase. Carne pesada y pulposa lo presionaba y le quitaba el aire de los pulmones del hombre mientras que los brotes que tenía por brazos obligaban a las muñecas y las manos de Chase dolorosamente contra el suelo.
“Te estoy
molestando,” Hannibal dijo suavemente, “porque
puedo. Porque
me perteneces, Muñeca China. Me pertenece cada parte de ti y, si lo quiero, puedo tener a tu amante debajo de mí. Incluso puedo convertirlo en un vehículo que lleve
mi semilla. ¿Te gustaría
eso?”
Chase luchó violentamente, pero no pudo librarse del aplastante peso de Hannibal Roy Bean. El hedor del pútrido aliento del demonio contra su rostro, arruinando el poco aire que podía conseguir sus pulmones.
Hannibal rió cruelmente. Se restregó más contra Chase; añadido al vívido y detestable contoneo de su cuerpo sobre la entrepierna del indefenso hombre y se regocijó en el aullido furioso que arrancó de su subordinado.
“No tienes
nada excepto lo que yo permito, Chase,” Hannibal dijo fríamente, su regocijo decayendo. “¿Recuerdas esa parte?”
Casi capaz de respirar propiamente, Chase miró con fiereza a su amo. Sus pensamientos, sin embargo, eran fuertes y claros. Hannibal enseñó los dientes en un rictus de sonrisa.
“No hay nada que puedas hacer que haya sido hecho por mí,” el demonio cacareó. “Aunque, el pedazo con el perro del infierno trae memorias de mis tiempos mozos”
Chase sintió que su estómago hizo una lenta, enfermiza vuelta de la náusea. Lo que había pensado había sido perverso, horrendo y censurable a la n potencia.
“Acéptalo, muchacho,” Hannibal continuó. “Eres
impotente frente a mí. No hay nada que puedas hacer para detenerme de coger a tu pequeño y hermoso amante cuando quiera y hacerte tener un asiento de primera fila para el show.
Chase se preguntó por unos momentos si sería el primer demonio en morir de terror y desesperación.
“Bueno…
casi nada.” Hannibal arrastró las palabras, interrumpiendo los pensamientos morbosos de Chase. Ojos dorados se encontraron con unos de amarillo-veneno. Podridos dientes amarillos resplandecieron en una sonrisa de maligna alegría. “Siempre hay
una opción abierta para ti.”
Los ojos de Chase se ensancharon. No de nuevo. ¡Hannibal no podía estar ofreciendo otro trato! ¡Ni siquiera había terminado el primero!
El demonio mayor sonrió y canturreó cuando vio la comprensión en Chase. La punta de un brazo de raíz se enredó delicadamente acariciando la suave y hermosa mejilla.
Una ligera capa de ácido quemó una delgada cicatriz en la preciosa piel de Chase.
“Sí,” Hannibal ronroneó. “Eso es. Sabes lo que quiero, muchacho.”
Repentinamente, se encogió, literalmente se encogió, quitando el exceso de peso de Chase y liberando las muñecas del hombre, concediéndole nuevamente libertad al demonio menor.
Chase tosió, desesperado por tener nuevamente aire en los pulmones. Tosió, atragantándose un poco y luego se levantó. Jadeó, controlándose. Podía sentir su cabello empapado con la sangre de Lucinda, descansaba manchado y pesado contra su espalda.
Fulminó con la mirada a la pequeña forma sentada casualmente en su rodilla izquierda.
“¿Otro trato, Hannibal?” Chase preguntó, su voz áspera por la herida.
“Otro trato” convino el demonio mayor. “Otro millón de almas y juro que nunca atacaré o molestaré a Jack Spicer. Nunca sufrirá directamente por mí o por alguna de mis maquinaciones.”
Chase frunció el seño profundamente hacia su amo. No dijo nada mientras sopesaba las consecuencias. De la manera en que Bean había redactado el trato, Jack estaría a salvo. Hannibal nunca mandaría a alguien para lastimar a Spicer. Ni podría dañar a Jack directamente. Eso no significaba que otras bestias del infierno no notarían a Jack, pero con este trato, si alguien más viniera olfateando detrás de él, Chase tendría un rango completo de habilidad de pelea contra ellos mientras no fuera contra su propio amo. Durante el tiempo que Jack viviera, Hannibal no—
Inmediatamente, Chase enfocó su atención a Bean.
“Contrarrestaré tu oferta,” dijo, y disfrutó la manera en que los ojos de Hannibal se ensancharon sorprendidos. “Acepto el trato original a cambio de la seguridad de Jack de tu parte y recolectaré otros dos millones de almas
si le das inmortalidad también. Sin trucos, sin estafas, sin mutaciones… ni siquiera algún poder. Sólo hazlo inmortal.”
“Bien, ahora,” Hannibal dijo suavemente. “Es una orden poderosamente alta. Cuatro millones de almas en total por un cuerpo humano, garantía de seguridad e inmortalidad.”
“Es lo que estoy pidiendo,” dijo Chase sombríamente.
El demonio mayor permaneció en silencio por unos pocos minutos mientras consideraba la contraoferta. Finalmente sonrió, y luego comenzó a reír.
“Qué demonios” bromeó “¿por qué no? Tienes un trato, Chase.”
Chase sintió las ataduras mágicas del contrato verbal y se estremeció ligeramente. Su carga había crecido, pero al menos Jack estaría a salvo con él por un largo, largo,
largo tiempo por venir.
“Ve a casa,” dijo Hannibal, saltando de la rodilla de Chase. “Dale a tu amante las buenas nuevas. Dile que iré dentro de poco para darle el don. Limpiaré aquí.”
Chase volvió los ojos, pero como quiera se puso de pie. Estaba a punto de teletransportarse, pero se detuvo y miró hacia su amo.
“¿Por qué aceptaste?” preguntó. “Cuatro millones parece barato a cambio de mi tranquilidad”
Hannibal arqueó una sonrisa. “El alta dirección de la jerarquía infernal –esa sería yo, en caso que no lo hayas notado –está permitida un día cada cien años hacer una ‘buena obra’ a nuestros subordinados sin sufrir las consecuencias. Es nuestra versión de ‘úselo o piérdalo’. Y acabo de usar la mía para este siglo. Así que no más de tratarme de aplastar con biblias cuando me aparezca, muchacho.”
Chase resopló, pero estaba lo suficiente divertido como para dejarlo pasar. Iba a decir algo más cuando repentinamente Bean se transformó en algo que era en su mayoría boca, dientes y garganta se arrastró hacia el cuerpo de Lucinda. Una mordida, y un preciso semicírculo había arrancado un cuarto del torso de la mujer muerta.
“No hay sentido desperdiciarlo” Hannibal dijo guturalmente con su bocado.
Mareado, Chase se teletransportó sin ninguna otra palabra.
Jack no podía esperar para decirle a Chase de su nuevo plan para terminar la deuda con Hannibal.
Aunque, se preguntó si eso tendría algún impacto en la inmortalidad que ostentaba. Habían sido casi tres meses desde que le habían dado el don. Chase había venido a casa, empapado en sangre, y le había contado la historia de principio a fin. Había estado perturbado al oír de la muerte de Lucinda, pero luego había venido el cuento de la llegada de Hannibal y el nuevo trato. No después de haber ayudado a Chase a limpiarse la sangre y bañarse después de escuchar el método de disposición de Hannibal del cuerpo (“¿Recuerdas esa película que me obligaste a ver, Spicer? ¿‘The Langoliers’
(10)? Se parecía mucho a esas criaturas.”), Hannibal había llegado para darle el don de la inmortalidad. Había hecho algunas crudas declaraciones de “pérdida” mientras miraba lascivamente a Jack, pero había tocado a Jack sólo para hacerlo inmortal. Luego, se había esfumado y Chase había tomado a Jack, sosteniéndolo cerca, necesitando el confort que Jack estaba feliz de darle.
Ahora, levantó el teléfono y marcó el número del celular personal de Chase. En unos cuantos tonos, Chase respondió.
“Sí, Spicer… ¿qué necesitas?” la bestia demoniaca dijo antes que Jack pudiera decir una palabra.
Jack se estremeció ante el sonido de la voz ronca de Chase en su oreja. Cada parte de su amante era sexy, pero Jack en especial amaba su voz.
“Oye, cariño,” dijo, sonriendo ligeramente. Usó los dedos de sus pies para darse vueltas en su lujosa silla ejecutiva. Sus ojos en un giro de ventanas-pared-arte-puerta-pared-planta-ventanas, una y otra vez. “¿Tienes un momento? Tengo una idea excitante.”
“¿Tu escritorio ha sido reparado de la última vez que tuvimos sexo en él? No quiero repetir ese fiasco.”
Jack rió incluso cuando los giros se detuvieron. Pateó ligeramente el escritorio. “Sí. Hice que lo reforzaran con titanio. Me miraron raro, pero oye… soy rico. ¿Qué me importan las opiniones de los peones?”
“Amo cuando hablas de superioridad,” Chase ronroneó en su oreja.
“Sí, bueno, me gustaría decirte más tarde de cómo eres el dios de mi mundo. Ahora, tengo algo extra especial en mente que creo que aprobarás. ¿Puedes veni—? ¡Oye!”
Chase ya estaba de pie enfrente del escritorio de Jack. Sonrió al joven y dijo al todavía abierto celular, “Sí, puedo.”
“Muy gracioso,” Jack dijo, cerrando su propio teléfono y lo alejó.
“Eso pensé,” dijo Chase. Aventó el celular a un sillón cercano luego apoyó las manos en el escritorio y comenzó a presionar y empujar rítmicamente.
“Pruebo su durabilidad,” el demonio respondió. “Dime tu idea.”
Jack sonrió, viró los ojos, pero sin embargo comenzó a hablar.
“Dime cómo funciona la recolección de almas,” dijo. “¿Tú las extraes o es la matanza? ¿Qué?”
Chase lo miró, curioso. Dejó de probar juguetonamente el escritorio; se enderezó y colocó sus brazos detrás de él, descansándolos en la parte baja de su espalda mientras observaba a su amante. “¿Por qué lo preguntas?”
“Responde primero,” dijo Jack. “Es muy importante que lo sepa. Prometo que te diré una vez que tenga las respuestas que necesito.”
Una ceja levantada, pero Chase complació al joven.
“Mato a las víctimas escogidas y luego invoco un hechizo ritual que mandará sus almas a Hannibal,” dijo Chase con calma.
“¿Tienes que atacarlos físicamente hasta que mueran? ¿Tienen que morir personalmente en tus manos en una mancha de sangre o algo?”
Chase vaciló. “No es de mi conocimiento. Puedo, en teoría, descarrilar un tren y luego invocar el hechizo. Cualquier muerto o moribundo pertenecería a Hannibal.”
Una enorme sonrisa cruzó el rostro de Jack. “¡Excelente!”
Ambas cejas se levantaron. “Confieso que tengo curiosidad, Spicer. ¿Qué es lo que tramas?”
“No mucho” dijo Jack. “Sólo esto.”
Le aventó a Chase un pedazo de papel doblado. El demonio lo abrió y encontró un diagrama escrito en los garabatos desordenados en forma de arañas de Spicer. Parpadeó, lo descifró y luego miró a su amante.
“Un virus letal hecho con ingeniería biogenética e
indetectable?” preguntó bruscamente. Jack le asintió, sonriendo. “¿Quién es esta ‘Katnappé’ que tienes en el primer nivel del diagrama?”
“Ella es un
fenómeno biogenetista de mujer. La conocí desde que era un niño,” dijo Jack. “Mi especialidad es la robótica y la tecnología. La suya es todas las cosas biológicas con un vasto conocimiento de programación. Quiero decir, ella conoce su material al punto que se ha implantado orejas y cola de gato porque se identifica
demasiado con los gatos. Incluso creó gatitos de ataque genéticamente superiores.
Chase lo miró asombrado. “¿
Gatitos de ataque?”
Jack asintió, haciendo una mueca. “Sí. Esos cabrones son feroces. ¿Recuerdas que me quejé porque mi chaqueta favorita de cuero la hicieron jirones? Ella la uso para probar sus habilidades de ataque”
Chase hizo una mueca. Recordaba el estado de esa chaqueta. Había estado también molesto, porque la había conseguido para Jack cuando la vio y pensó en qué tan sexy se vería su amante en cuero negro.
“Por cierto, tiene algunos gatos que le gustaría que adoptemos,” dijo Jack “Es parte del trato si aceptamos esto.”
“¿Aceptamos…?”
“Ella hará la enfermedad súper letal,” Jack dijo. “No le gusta la gente más de lo que a nosotros. La hará y te dará el contenedor. Todo lo que
tienes que hacer es verterlo en tres reservas que escojas. Invoques el hechizo y ahí lo tienes:
millones de muertos en semanas.”
Las piernas de Chase cedieron mientras se sentaba deprisa en el piso alfombrado de la oficina en el penthouse de Jack.
Levantándose de su silla, Jack se apresuró alrededor del gran escritorio y fue con su amante. Arrodillándose a lado del demonio tembloroso demonio de ojos muy abiertos, acarició suavemente la espalda de Chase.
“Esto es lo que querías, ¿verdad?” Jack preguntó preocupado. “¿Terminar inmediatamente con la deuda?”
Chase asintió mudo, mirando hacia la nada.
Jack, imaginando que su amante necesitaba tiempo para procesar, se quedó en silencio y simplemente acarició la espalda de Chase.
Casi diez minutos después, Chase parpadeó y volvió su cabeza para mirar al joven arrodillado a su lado. “¿Sabes lo que esto significa?”
“Que, ¿estarás libre del la deuda de cuatro-millones-de-almas con Hannibal? No que no pudiera aparecerse con otras cosas con las que engañarte,” Jack inquietó, “pero estaré ahí contigo a través de todo. Sólo me pregunto una cosa si la inmortalidad se va al completar la deuda.”
Chase parpadeó, y luego negó con la cabeza. “No. Eso, la protección y mi cuerpo son libres y claramente nuestras una vez que la deuda está completa, sin devoluciones.”
“Entonces…¿qué?” Jack preguntó.
Una enorme, maliciosa y alegre sonrisa comenzó a tomar forma en el rostro de Chase. “Significa, mi astuto amante, que el virus generará
millones de muertes. No sólo
cuatro millones, sino más. Los cuatro millones que le debo a Hannibal irán hacia él –menos lo que ya le he adquirido – pero también todas los demás.”
Jack frunció el seño. “Lo cual lo haría incluso más poderoso.”
“Recuerda, quieres, que una porción de poder viene a mí, también.”
“Sí. ¿Y?”
“Y, no hay manera que los otros amos demoniacos aceptarán que Hannibal se vuelva tan poderoso en almas tan rápido. Se hinchará con poder –y lo
atacarán. Trabajarán para evitar que se convierta en Señor del Infierno. Tan pronto como las cuatro millones de almas estén con él, estoy libre de la deuda, lo que significa que no tengo que ir en su ayuda. Estará bajo ataque por parte de los otros demonios y su poder se
reducirá. Para cuando esto termine,
seré más poderoso que él.”
Los ojos de Jack se ensancharon. “¡Ya no será capaz de acecharnos!”
Una alegría blasfema era vívida en la expresión de Chase. “¡Precisamente!”
Cacareando como gallinas locas, se aferraron los unos a otros; absolutamente emocionados en deleite. Pronto, su alegría tomó una diferente y más sensual vuelta, pero estaba bien para ellos.
Y esta vez, el escritorio quedó de pie.
Chase estaba en el puente que abarcaba las líneas divisorias entre los depósitos básicos en la Reserva Ashokan en Nueva York. Tenía una magnífica vista del agua perfectamente calma que era un gigante, lago hecho por el hombre que servía la necesidad de agua potable de aproximadamente 10 millones de Neoyorkinos por todo el estado. El sol se estaba poniendo sobre el Ashokan High Point
(11), la montaña servía como un escenario para la enorme reserva.
Volviendo su cabeza, miró a su derecha y encontró a Spicer de pie a su lado. La piel blanca estaba pintada en dorado de la luz de la puesta de sol. A pesar del brillo de la estrella que desaparecía, Jack había dejado sus lentes de cristales amarillos; prefiriendo suportar el ligero dolor de la brillante luz a cambio de la espectacular vista. La luz de la puesta de sol hacía que los ojos rojos de Jack brillaban espectacularmente.
Una briza fresca vino de las montañas, mandando hojas naranjas, doradas, marrones y rojas deslizando por el pavimento del puente. Octubre en Nueva Inglaterra significaba brillante follaje y días otoñales con aire fresco. Afortunadamente, Jack había usado una chaqueta gruesa y guantes. Estaba cómodo en el frío. Chase difícilmente podía sentir la temperatura como más que una dulce refrescante briza aunque sintió el tirón en su cabello de la fuerza del viento. Le sonrió a su amante y levantó el pequeño tubo de ensayo que estaba cerrado con un simple corcho negro de goma.
“¿Listo?” preguntó simplemente.
“Hazlo,” Jack respondió, y levantó una cámara digital.
Después de todo, era una ocasión memorable. ¿Por qué no grabarlo para la posteridad?
Chase sacó el corcho del tubo de ensayo de vidrio. El líquido incoloro en su interior permaneció igual mientras lentamente volteaba el tubo de ensayo, vaciando las dos onzas de fluido entre el agua, en calma como espejo, bajo el puente.
Jack se estremeció. Tomaría días para que la enfermedad letal se filtrara en los grifos de millones de apartamentos, casas y fuentes públicas, pero imaginaba que ya podía oír los gritos agonizantes de los moribundos que liberarían a Chase del control de Hannibal.
Confundiendo el estremecimiento de Jack por uno de consternación, Chase envolvió un brazo alrededor de la cintura de su amante y lo acercó.
“Alégrate, Spicer. Tal vez aquella molesta, malhumorada antigua vecina tuya será uno de los primeros en morir. ¿Esa mujer tonta que repentinamente creyó que eras ardiente después que tiré tu maquillaje?” Chase engatusó.
Jack sonrió “¡Oh, sí… ella! Como-se-llame. Incluso si hubiera estado triste, eso me hubiera animado en el acto. No, no estoy triste. ¡Estoy bien! De hecho, estoy muy emocionado. Dentro de una semana, serás libre. Pero sólo si vamos a las otras dos reservas. Sé que escogimos Nueva York como nuestro simbólico punto de partida, pero el tiempo apremia para nosotros, cabrones inmortales.
Riendo, Chase los teletransportó lejos para continuar con el resto del siniestro plan.
Tres días después de sembrar las reservas con la enfermedad no-detectable, Chase abruptamente se sentó. Considerando que había estado chupando a Jack en ese momento, el joven consideró sin piedad que su pene había sido liberado muy rápidamente.
“¿Chase…?” murmuró, no feliz de haber interrumpido la mamada.
Los ojos dorados se volvieron lentamente para encontrar su mirada con la de él. Una sonrisa completamente maliciosa de terrible alegría llenaba el rostro de Chase.
“Está hecho,” dijo y con rudeza jaló a Jack hacia él. “La deuda está completa. ¡Soy libre!”
Los ojos de Jack se ensancharon “¿Ya? ¡Vaya! Esa cosa funcionó mejor de lo que pensé. Le debo a Ashley algo extremadamente caro.”
“Dale París. Le gusta su cultura. Eso servirá,” Chase dijo y besó a su amante exigentemente.
Seis días después, Hannibal por fin apareció.
Estaba completamente arruinado como Chase esperaba. Hematomas, contusiones, heridas abiertas, llagas supurando, pedazos faltantes de carne e inimaginable cansancio envolvía la reducida figura.
“¿Cómo lo hiciste?” Hannibal preguntó cansado.
“Soy bueno en lo que hago,” dijo Chase, sintiéndose poderoso, malvado y glorioso. “Y eso es todo lo que necesitas saber.”
Jack estaba sentado cerca, observando la disputa verbal de los dos demonios. Pensó en cómo su imprevisto acto de lástima hacia un empapado y en apariencia sarnoso gato había resultado en riqueza, poder, inmortalidad y afección eterna de uno de los más poderosos demonios salidos del infierno. ¿Qué si no hubiera salido ése día? ¿O si hubiera tomado una ruta diferente a casa, o a una hora diferente?
Tantos que-si’s, todos ellos conducían a caminos de oscura soledad, totalmente desprovista de la única cosa que hacía que todo lo que había sufrido valiera lo que había ganado: Chase.
Solía pensar en sí mismo como el bastardo menos suertudo sobre la tierra. La realidad era él era mucho más suertudo que cualquier persona tuviera el derecho de ser.
Ahora sonrió mientras observaba a Hannibal un inútil, aunque inevitable, juego de poder sólo para ser rechazado fácilmente por Chase. El demonio mayor estaba severamente debilitado; menos poderoso de lo que había sido cuando había visitado a Chase hace todos esos siglos atrás.
Decidiendo que estaba cansado de la presencia de Hannibal, Jack se levantó y caminó hacia un estante a lado de su amado eterno. Lo que estaba a punto de hacer era un truco sucio, pero oye… uno no convive con un demonio sin aprender una o dos cosas acerca de ser malvado.
El ronco grito de Hannibal fue cortado cuando la biblia de dos kilos que Jack había estado sosteniendo fue tirada rápidamente sobre él.
“Reclamo este momento de pesado-objeto-cayendo-exitosamente-en-un-blanco-molesto en el nombre de Wile E. Coyote” Jack dijo solemnemente.
Chase cerró un ojo y miró a su amante con el otro.
Jack sostuvo la solemnidad por unos minutos más, y entonces se disolvió en un ataque de risas.
Chase suspiró y jaló a Jack contra suyo. No sabía
qué había hecho para merecer a este molesto mocoso…
… pero si lo hizo, lo volvería a hacer, sólo para asegurar que Jack Spicer permaneciera como suyo para siempre.
¡Fin!
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A/N: SILVARBELLE FUE LA AUTORA DE ESTO. YO NO ESCRIBÍ NADA, Y LO IMPRESIONANTE DE ESTE FINAL ES OBRA SUYA.
Así que, sí… como dije en un reciente journal en deviantART, perdí toda la inspiración en esta pieza y había decidido abandonarla completamente.
Sin embargo, Silvarbelle fue muy amable de recogerla por mí y terminarla con este pequeño y práctico final, por lo que le estoy eternamente agradecida. ¡Gracias, Silv!
En cualquier caso, este post marca EL FINAL de Feline Fallaciousness, así que gracias por leer y ¡espero que les haya gustado el maravilloso trabajo de Silv!
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(9) N/T: Sí, sé que se oye muy vulgar, pero así está escrito. :S
(10) N/T: The Langoliers es una película rodada para la televisión en 1995 protagonizada por David Morse, Dean Stockwell, Patricia Wettig y Bronson Pinchot. Está basada en uno de los relatos cortos de Stephen King, The Langoliers, incluido en la novela Las Cuatro Después de Medianoche (Four Past Midnight), escrito en 1990.
(11) N/T: Juro que busqué y no encontré como se llama ese lugar en español.