Chase Young observaba la copa de vino vacía, aún sin creerse que había bebido una botella completa. Nunca en su vida había sido un buen bebedor. Aunque su apariencia fuera la de un tipo duro, sabía que el alcohol embrutecía la mente de las personas, y no se llevaba bien con él.
Acababa de perder un duelo Xiaolin, y, sintiéndose extrañamente decepcionado consigo mismo, había cerrado las puertas de su ciudadela al mundo exterior.
Intentaba convencerse de que Jack Spicer había mejorado como intento de villano, y que su derrota ante él no era tan humillante como creía.
Arrojó la copa al suelo, y el sonido del cristal al romperse hizo eco en la habitación.
Jack Spicer, el gusano que frecuentemente se humillaba delante de él, había decidido derrotarle ése día. Se sentía patético, así que decidió beber, intentando matar un par de neuronas en el acto.
-Spicer...-Susurró. Frotó sus ojos, sintiendo los efectos del alcohol.
La imagen de Jack vino a su mente, y se sorprendió a sí mismo al descubrir que tenía una memoria fotográfica para los rostros.
Pelirrojo, piel estúpidamente blanca, delineador negro, y googles que lo hacían parecer un idiota.
Sonrió, recordando cómo había sentido algo parecido a la admiración al sentir el pie de Spicer cortándole el paso, haciéndolo caer de la plataforma, automáticamente perdiendo.
Sin esperarlo, sintió cierto calor en su estómago, y no pudo, por más que intentó, quitar a Jack de sus pensamientos.
Agitó su cabeza de un lado a otro, sintiéndose mareado.
Pensando en su interior, que la única manera en la que podría sentirse atraído hacia el miserable Jack Spicer, sería bajo el efecto del alcohol.
Dejó caer su cabeza de lado, devolviendo su desayuno y demás, cayendo inconsciente en un profundo sueño.
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